Lo rural como espacio de comunidad
Pretende poner en valor el poder de convocatoria y facilitación de encuentros que tiene LA MESA como objeto. Alrededor de una mesa sucede la vida, la magia cotidiana . Un objeto que tiene el poder de transformar la forma en la que habitamos un lugar y que no entiende de edad, raza o procedencia. Un lugar que nos reúne para contarnos, escucharnos, conocernos, apoyarnos y celebrarnos. La mesa puede ser una oportunidad para reconstruir nuestra identidad y nuestras redes de apoyo, pero también nuestro territorio y nuestros lugares de encuentro. La mesa puede ser un símbolo de la sociedad que queremos ser y el territorio que queremos construir. ¿Y si llenáramos el Valle de mesas como esta?
Los recetarios forman parte de la identidad canaria. Son una muestra de un conocimiento popular que refleja, a través de sus ingredientes, todas las particularidades de la tierra y sus habitantes. Las mujeres han sido históricamente las portadoras de estos saberes, de estas ideas, recopilando, compartiendo y discutiendo recetas entre vecinas, hijas y nietas.
Un pisco de sal forma parte de esa precisión de las recetas al gusto, imposibles de conseguir si no es con la experiencia de los años.
En una comunidad tradicional en lo alto de los Andes peruanos, una tierna relación entre dos adolescentes, Fausto y Chaska, conduce a una confrontación violenta en el Festival anual Takanakuy.